Durante décadas miles de mujeres se han atado a un único
color para sentirse atractivas, delgadas e incluso elegantes: el color negro. Y
es que la devoción que despierta esta ausencia de color se hace evidente desde
diversas partes de planeta sin importar raza, cultura o religión, mujeres tanto
del sur como del norte se entregan sagradamente al uso de prendas negras bajo
múltiples consignas, pero alguna vez nos hemos puesto pensar ¿cuál es la realidad detrás del uso de
este color?
Para responder a esta pregunta, yo suelo remitirme a la
época de la gran Coco Chanel quien además de ser una admirable diseñadora
sufría de un gran repudio que carcomía su alma... El odio profundo hacia la
clase más pudiente y su inmensa obsesión por la elegancia son elementos que
quedaron indiscutiblemente marcados en su legado y como no, en nuestra cultura.
Por ejemplo, uno de los elementos más característicos de ésta gran mujer es sin
lugar a dudas el “Little black dress” con el cual logró enlutar a toda una
generación de damas de la alta sociedad, quienes por mera herencia han impuesto
a las generaciones futuras la indiscutible importancia de un guardarropa predominantemente
oscuro.
Si ustedes son leyentes asiduo de mi blog se preguntarán
¿Por qué esta crítica a un color que incluso ella usa con cierta regularidad? Y la respuesta es simple: Hoy hace año y medio mi abuelo (la
persona que más he querido en este mundo) falleció… Y debido a que mis atuendos
suelen reflejar mis estados de ánimo durante 3 meses vestí únicamente de negro…
Fue una temporada difícil para mí y mi familia (mi abuela vistió con este color
durante un año consecutivo), sin embargo una vez se cumplieron los 3 meses ya
no podía soportarlo más y volví poco a poco a la vida usando colores pastel
combinados con alguna prenda negra, finalmente un par de meses más tarde pude
volver a mi explosión de brillo y en últimas se podría decir que volví a ser yo
misma. Les cuento todo esto porque me sorprende la manera en que una multitud
de fashionistas únicamente visten de este color al considerarlo adelgazante,
chic o sofisticado, es como si el único color que vieran en las tiendas fuera
este y decidieran vivir en luto eterno (algunas sin siquiera haber
experimentado una pérdida significativa).
Como dicen por ahí “para gustos los colores” y
definitivamente yo no podría vivir mi vida de manera exclusiva desde la
ausencia de color… Amo los contrastes y las combinaciones, por eso considero no
es fortuito me encanten diseñadores como Agatha Ruiz de la Prada o La increíble
Lilly Pulitzer quienes ¡colorean el mundo un armario a la vez! Ahora bien si
hablamos desde una perspectiva puramente fashionista, las más expertas sabemos
que el uso de un vestido negro es una solución facilista al “no sé qué ponerme
hoy”, por lo cual no es de admirar a una viuda negra que se considera la más
glamurosa del lugar en tanto no requirió mayores esfuerzos el sacar adelante
ese look.. Por el contrario deberíamos elogiar a esas grandes Diosas de la
calle quienes rompen el molde luciendo espectaculares conjuntos llenos de luz y
color, marcando la parada en términos de lujo y sofisticación.
No importa el clima o el lugar donde vivas, usa un poco más de color y asume el verdadero reto fashionista de ser una diva feliz!
Xo
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