martes, 5 de mayo de 2015

No-poo y la necesidad de mejorar nuestra higiene personal.

Sin lugar a dudas el cabello es el marco de nuestro rostro y por ello es el primer espacio en el cual se expresa nuestra personalidad, si lo cuidas y lo mantienes con un buen corte estas emitiendo el mensaje más poderoso que puedes transmitir: "Yo me quiero y tengo tiempo para mi". No obstante en los últimos meses una tendencia de la que muy seguramente has oído hablar, cada vez tiene mayor acogida en la gente famosa y se apodera de las cabezas humanas como si fuera el gran descubrimiento del siglo,  la han denominado “No-Poo” cuyo nombre se refiere a la expresión “No Shampoo” y que empezó como una iniciativa de tintes ecologistas proveniente de blogueras excentricas a quienes se les ocurrió no volver a lavase el cabello con algo más que agua.

La idea es bastante simple: Se trata de dejar de usar shampoo o cualquier producto para el cabello, porque – según estas personas- los químicos que contienen le hacen daño y lo debilitan. Un par de indecisos han aceptado unirse parcialmente al movimiento No-Poo aplicando solamente productos "caseros" como el Bicarbonato y el Vinagre (en caso de llegar a tener el cabello altamente grasoso), pero cero productos comerciales. Y aunque debo admitir que al inicio todo esto me parecía altamente sensato (y me atraía la idea de no contaminar los ríos con montones de espuma), decidí indagar con algunos expertos y yo misma experimentar con mi propia cabeza a ver qué pasaba.

Pues bien, debo decir que las esteticistas y los dermatólogos a los que consulté curiosamente coincidían en sus apreciaciones las cuales puedo resumir diciendo que no existen bases científicas para argumentar que el cabello de una mujer sea más sano si deja de usar shampoo, en otras palabras no hay un registro riguroso que diga de manera formal "al dejar de lavar el cabello con X o Y producto, se regularán los niveles de grasa del mismo y mejorará su condición". Por otra parte le pregunté a un especialista en el tema sobre el uso de vinagre y bicarbonato como remplazo de los avances de la industria química, y para sorpresa de muchos o contrario a lo que se piensa, la aplicación frecuente de uno u otro puede irritar el cuero cabelludo y causar muchas molestias que se podrían combatir de otra manera.

Con base en la información que reuní, tome la decisión de hacer mi mejor esfuerzo y probar la teoría yo misma, aunque de entrada debo advertir que no fue como me lo pintaban las grandes pioneras del No-poo, razón por la cual a lo mejor mi testimonio desilusione a más de una ecologista que le apostaba a esta posibilidad. Para empezar quiero contarles mis rutinas habituales y así tener un marco de referencia: Semanalmente suelo lavar mi cabello 2 veces con un shampoo especial para risos junto con un acondicionador para cabello con color, además aplico un tratamiento entre lavadas de embrión de pato y si planeo utilizar secador o plancha recurro a otros tratamientos extra (como extracto de Argan, mascarilla de baba de caracol, entre otros...), por último cuando tengo el dinero suficiente me gusta consentirme y regalarme un shot de proteínas que deja mi cabello divino.
La idea era experimentar tal cual lo proponían estas bloggeras y por el tiempo que durara mi indagación no utilizaría nada de lo que mencioné anteriormente.

Por casi dos semanas lavé mi cabello únicamente con agua y puedo decirles que me quería morir, el cuero cabelludo me picaba, estaba extremadamente rojo e incluso los últimos días que pude soportar note que la piel de mi cabeza se estaba escarapelando como cuando uno se broncea y luego la piel empieza a regenerarse, una sensación bastante desagradable de manera particular por el aspecto poco saludable que esto le daba a mis peinados. La apariencia de mi hermoso pelo se deterioró a tal punto que pareciera jamás lo cuidara, su brillo paso de ser naturalmente agradable a repugnantemente grasoso, en general pude aguantar no más de dos semanas, así que si desean tomar el riesgo no se engañen con el cuento de hadas del que tantas maravillas se dicen en la red.

Soy consciente que a lo mejor esto es un caso aislado, que solo me pasó a mi y que a lo mejor la reacción de mi cabello era una forma de "desintoxicación", pero quiero mencionar otros elementos que aprendí con este ensayo, los cuales van mucho más allá de mi experiencia personal y que en efecto podrían aplicar a cualquier ser que desee adherirse al movimiento No-Poo: 

Para empezar creo es importante que seamos honestas: ¿a qué puede oler el cabello de una mujer que no usa shampoo? Probablemente no sea el aroma más agradable ¿verdad? En mi caso particular realizo ejercicio a diario y el olor a sudor era una de mis mayores preocupaciones... Utilizaba perfume y buscaba cremas con aromas fuertes para aplicar en cuello y rostro, pero de igual manera no me sentía cómoda con la proximidad humana, y aunque para muchas puede que ese factor no sea "relevante", voy a contarles un secreto que a lo mejor cambie su apreciación de este punto: En términos biológicos nuestra memoria es limitada pues con el paso del tiempo vamos olvidando aspectos como la forma, el tamaño o el sonido característicos de una persona a quien hemos dejado de ver, no obstante su aroma va a quedar marcado en nuestro cerebro no solo asociando aroma-persona, sino aroma y lo que eso no hace sentir, por ejemplo: si yo me acerco a un chico que me gusta, lo saludo y su aroma es agradable, puede que con el paso del tiempo olvide al chico pero cada vez que piense en él lo voy a asociar con aquella primera sensación que generó en mi de manera casi inconsciente; con base en este dato ¿te imaginas el impacto que un mal aroma puede producir en tus relaciones y en la huella que dejas en la vida de los demás? 

Siguiendo esta linea de ideas, creo pertinente mencionar a las feromonas como sustancias que secretamos naturalmente y que no van a desaparecer con el uso de fragancias externas como el perfume o el desodorante, de hecho se mezclan con estos para generar un aroma mucho más potente a través del cual emitirás al ambiente un poderoso mensaje proveniente de las esferas más profundas de tu identidad, atrayendo con éste lo que de verdad deseas y alejando lo que prefieres mantener distante, pero si aspiras que el sudor o la suciedad atraigan grandes cosas únicamente porque te aferras a la esperanza de que estos también poseen feromonas, creo que te encuentras en el lugar equivocado.

Otro de los aspectos que aprendí gracias a esas dos semanas es que así como ocurre con la piel, también existen diferentes tipos de cabellos los cuales requiere de cuidados especiales y así como a un cutis con tendencia grasa no lo embadurnamos constantemente con hidratantes, a un cabello con risos no podemos mantenerlo saludable, bello y lleno energía únicamente con un chorro de agua. Los factores que hacen únicas a nuestras melenas varían desde el color y la forma hasta su nivel de maltrato o tendencia a la sequedad, por ello te invito a que reflexiones ¿Si tu cabello es tan complejo como tu, para qué tratarlo con la mayor de las simplezas? Ya no estamos hablando de la época de las cavernas donde el frizz y el descuido eran tendencia, ahora contamos con herramientas para estar en la capacidad de sentirnos a gusto con nuestro look dando prioridad a la salud, la suavidad y la belleza.

Creo que es hora de dejar de idolatrar lo "natural" pues el cianuro también proviene de la naturaleza y podría llegar a matarte. Si lo que buscas es una aproximación eco-friendly al cuidado personal existen en el mercado productos igual de efectivos a los de las marcas reconocidas que son de procedencia natural (mezcla de frutas, verduras y algunos otros elementos) los cuales incluso debes mantener en la nevera para que se conserven correctamente, con ellos puedes mantener hábitos pulcros sin que pongas en peligro tu salud y el bienestar de tu pelo. Además puede que el shampoo sea un invento reciente y que durante años la gente no lo necesitara, pero recordemos que el abrelatas apareció muchos años después de la existencia de las latas y no por esa razón andamos diciendo que es hora de volver a abrir con cuchillos y piedras nuestros envases.

La verdadera autoestima se mide por los actos que hacemos para nosotros mismos y nadie ve, como lavarnos los dientes, usar ropa interior en buen estado o cuidar nuestro cabello, así que independientemente de si deseas o no incursionar en el "No-poo", la gran invitación es a que te mimes y regales lo mejor a través de minutos extra de masaje, aromas y tratamientos con los cuales combatas la bancarrota emocional, gracias a la aparición de sólidos argumentos en tu cotidianidad de auto-cuidado y auto-valoración.


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